Armenia y Hungría acordaron oficialmente el 1 de diciembre restablecer sus relaciones diplomáticas, congeladas por Ereván hace una década.
El antiguo liderazgo de Armenia cortó esos lazos en 2012 después de que el gobierno húngaro extraditara de manera controvertida a Ramil Safarov a Azerbaiyán, un oficial del ejército de Azerbaiyán que mató a machetazos a un colega armenio que dormía en Budapest, en 2004. El tribunal húngaro condenó a Safarov a cadena perpetua en 2006. Sin embargo, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, lo recompensó y lo ascendió a su regreso.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Armenia, Ararat Mirzoyan, y su par húngaro, Peter Szijjarto, anunciaron la decisión de sus gobiernos de restablecer las relaciones diplomáticas después de reunirse al margen de una conferencia ministerial de la OSCE celebrada en la ciudad polaca de Lodz.
En una declaración conjunta, dijeron que la medida "abrirá una nueva página en las relaciones entre Armenia y Hungría". Señalaron la “herencia cristiana común” de los pueblos armenio y húngaro.
A diferencia de otros estados miembros de la Unión Europea, Hungría ha apoyado abiertamente a Azerbaiyán en el conflicto de Artsaj. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Hungría reafirmó ese apoyo tres días después del estallido de la guerra armenio-azerí de 2020 en Artsaj.
