A partir de 2020, el COVID-19 llegó a Armenia y el 15 de marzo el gobierno declaró el estado de emergencia para evitar una mayor propagación del virus. Se aplicaron muchas restricciones económicas. Las escuelas, las universidades y casi todas las instituciones públicas y muchas empresas pusieron en marcha un modo de trabajo a distancia. El gobierno promulgó programas de apoyo financiero para aliviar las consecuencias negativas de las restricciones. Tras levantar el estado de emergencia en septiembre, el gobierno declaró el estado de cuarentena. Sin embargo, las restricciones se suavizaron en gran medida y la mayoría de las actividades económicas pudieron entrar en un modo "normal". A pesar de las restricciones y las normas de seguridad, el virus se propagó rápidamente, ya que el público no siguió estrictamente las normas y el gobierno no logró imponerlas eficazmente. Al examinar la estructura de las actividades económicas, vemos que los sectores de la agricultura y el comercio y los servicios son los que han disminuido debido a la pandemia. El comercio y los servicios es el sector más afectado, que en términos de valor se redujo en unos 700 millones de dólares (el valor de la producción), en comparación con 2019. Lea el artículo completo en Hetq.
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