Los armenios-estadounidenses han acogido con satisfacción la histórica declaración del presidente Joe Biden de que la matanza y la deportación de hasta 1,5 millones de armenios durante la Primera Guerra Mundial fueron un genocidio, como un paso positivo y largamente esperado en el reconocimiento de la historia. Estados Unidos es ahora uno de los 30 países, incluidos Francia, Alemania y Canadá, que han reconocido oficialmente el genocidio armenio, según el Instituto Nacional Armenio. Otros aliados de Estados Unidos, como el Reino Unido e Israel, no lo han hecho. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía dijo en un comunicado que la declaración de Biden "abrió una herida" en las relaciones Ankara-Washington y "hirió profundamente al pueblo turco" según el Financial Times. Simon Maghakyan, activista de derechos humanos y profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Colorado, Denver, afirma que la declaración de Biden fue un paso importante para "curar el trauma intergeneracional de la comunidad armenia, pero que el reconocimiento del genocidio armenio por parte de Estados Unidos "solo importa realmente" si la Casa Blanca toma medidas enérgicas para ayudar a proteger la seguridad de los armenios, incluso en Nagorno-Karabaj, una región en disputa por la que Armenia y Azerbaiyán entraron en guerra recientemente. "Reconocer el pasado de Armenia sin su presente no tiene sentido", añade. Para leer la historia completa, consulte el artículo en Time.
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