A lo largo de la historia ha habido muchos factores que han unido a nuestro pueblo: la religión, la lengua, la literatura, nuestro pasado y los acontecimientos históricos. Nuestros héroes, sus hazañas y los mitos creados en su nombre, las derrotas y las victorias también han sido un gran factor de la unión del pueblo. En este rápido repaso, se esperaba que la independencia de Armenia y la victoria de la guerra de Artsaj fueran los mejores factores que unieran a los armenios. Desgraciadamente, no ocurrió. Y, he aquí, una de las razones más importantes de la segunda guerra de Artsaj y de la derrota puede verse en la fragmentación interna entre los armenios. Y tras la derrota las divisiones internas han alcanzado niveles peligrosos.
Cuando miramos a otros pueblos; palestinos, kurdos, yezidíes, etc., queda claro que la única garantía de una nación, su protección y continuidad es el ESTADO. Los pueblos sin Estado están sometidos a la violencia, al genocidio y a la amenaza de extinción. Por lo tanto, en la actualidad, nuestra santidad es nuestro ESTADO. Las autoridades son temporales, y el Estado y la estatalidad son eternos. Esta debe ser nuestra visión y perspectiva. No hay otra manera de asegurar la salvación del pueblo armenio. Nuestros partidos, los políticos, espero que no suene difícil de escuchar que incluso nuestra iglesia y los gobernantes de los tronos no son sagrados en absoluto.
¡Para la supervivencia de nuestro pueblo, lo único sagrado hoy y por mucho tiempo es nuestro ESTADO!
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