El 25 de abril, que marca el día siguiente al 24 de abril, todos los armenios, durante los últimos cien años o más, continúan su vida diaria sintiéndose regenerados, inspirados y victoriosos en sus mentes.
Lejos de la frontera de la patria, algunos armenios quemaron la bandera turca y prendieron fuego la bandera del "enemigo" más reciente, invocando los recuerdos de Van, Mush, Sassoun y Shushi. Decimos: "¡Bravo, muchachos! Levantaron el ánimo de las personas al crear la ilusión de derrotar al enemigo. Con su discurso inspirador, los enviaron a casa". En este sentido algunas personas llamaron al jefe del estado, al Primer Ministro, traidor y dador de tierras, y lo apedrearon sin piedad.
Es comprensible que el trauma del genocidio haya llevado a una cultura de inspiración y adoración de héroes entre los armenios. Con el tiempo, la facilidad para inspirarse se ha convertido en un rasgo definitorio de los armenios, y es preocupante que pronto se convierta en parte del genoma armenio.
Cuando estamos inspirados, celebramos las victorias de los atletas armenios, la presencia de un apellido armenio al final de una película o un invento de un científico armenio. Sin embargo, cuando no encontramos nada nuevo, volvemos a las valientes hazañas de los luchadores por la libertad armenios y pasamos por alto los problemas presentes y futuros que enfrenta la nación armenia.
¿Nos recuperaremos como nación? ¿Seremos capaces de renunciar a nuestro comportamiento arrogante y retórico que a veces nos divide y nos debilita? En cambio, ¿podemos trabajar duro, en silencio, hacia nuestras metas colectivas? Tenemos hasta el próximo 24 de abril para avanzar, de lo contrario el tiempo pasará y los armenios no solo perderán años, sino que también verán desvanecerse la memoria del Genocidio con cada año que pasa.
Krikor Kradjian
Abril 2023
Líbano
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